El escepticismo es una actitud de duda o incredulidad frente a cualquier fenómeno, relato o suceso. Una actitud propia de la especie humana y que posiblemente fue adquirida como mecanismo de supervivencia en los albores de nuestra existencia. A lo largo de la historia es posible verificar cómo en distintas culturas algunos pensadores, filósofos o juristas, se mostraron propensos a una actitud escéptica sobre los cánones socio-políticos de su tiempo. Este es un indicio del escepticismo como esencia en la búsqueda de nuevas alternativas a las conocidas.

Tras la popularización e instauración del método científico en la Europa del siglo XVIII, el escepticismo se convirtió en un ingrediente fundamental para el avance y desarrollo de nuevo conocimiento. Las objeciones a la legitimidad de las autoridades eclesiásticas y a las instituciones monárquicas fueron constantemente puestas a prueba y sometidas a escrutinio público durante la Ilustración. De esta manera el escepticismo se vinculó fuertemente a la ciencia y tuvo un impacto social más profundo.

 

En épocas modernas se conoce como escepticismo científico a aquella actitud con la que los humanistas, activistas científicos, divulgadores o personas interesadas en la ciencia en general, ponen a prueba las creencias infundadas, las tradiciones, las supersticiones, las creencias populares y las pseudociencias. El objetivo del escepticismo científico es el de poder revelar las carencias lógicas, los sin sentidos, las faltas de pruebas y la ausencia de contenido de los virus mentales (conspiracionismo, pseudociencias, conservadurismo, sobrenaturalismo, nacionalismo, postmodernismo) a favor del pensamiento crítico y argumentos ilustrados. 

MISIÓN

“Promover el pensamiento crítico y el escepticismo en la sociedad de manera divertida y amigable.”